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EDD. jueves 18 de agosto de 2022.

Jueves de la vigésima semana del tiempo ordinario
San Alberto Hurtado, presbítero
Memoria obligatoria 
Color: blanco

PRIMERA LECTURA

La fe, si no va acompañada de las obras, está completamente muerta.

Lectura de la carta de Santiago 2, 14-18

¿De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Acaso esa fe puede salvarlo? ¿De qué sirve si uno de ustedes, al ver a un hermano o una hermana desnudos o sin el alimento necesario, les dice: Vayan en paz, caliéntense y coman, y no les da lo que necesitan para su cuerpo? Lo mismo pasa con la fe: si no va acompañada de las obras, está completamente muerta.

Sin embargo, alguien puede objetar: Uno tiene la fe y otro, las obras. A éste habría que responderle: Muéstrame, si puedes, tu fe sin las obras. Yo, en cambio, por medio de las obras, te demostraré mi fe.

SALMO RESPONSORIAL 111, 1-4. 9

R/. ¡Feliz el que teme al Señor!

Feliz el hombre que teme al Señor y se complace en sus mandamientos. Su descendencia será fuerte en la tierra: la posteridad de los justos es bendecida.

En su casa habrá abundancia y riqueza, su generosidad permanecerá para siempre.  Para los buenos brilla una luz en las tinieblas: es el Bondadoso, el Compasivo y el Justo.

Él da abundantemente a los pobres: su generosidad permanecerá para siempre, y alzará su frente con dignidad. Feliz el hombre que teme al Señor.

EVANGELIO

Se sentará en su trono glorioso y separará a unos de otros.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 25, 31-46

Jesús dijo a sus discípulos:

Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso. Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y Él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, y pondrá a aquéllas a su derecha y a éstos a su izquierda.

Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; era forastero, y me alojaron; estaba desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver.

Los justos le responderán: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te alojamos; desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?

Y el Rey les responderá: Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo.

Luego dirá a los de su izquierda: Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles, porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; era forastero, y no me alojaron; estaba desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron.

Éstos, a su vez, le preguntarán: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, forastero o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?

Y Él les responderá: Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo.

Éstos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna.

Fuente : https://www.eucaristiadiaria.cl/dia.php

REFLEXIÓN :

El Evangelio de hoy nos habla del juicio final, donde nuestros corazones serán expuestos ante El Señor para ver si fueron fríos o calientes, de piedra o de carne, cerrados o abiertos. Pero no es necesario esperar a ese día, porque una vida presente con un corazón enfriado es una vida triste, apagada, sin aliciente, sin alegría. No se trata de hacer el bien para sufrir y conseguir un pasaje para la vida eterna, sino de hacer el bien por convicción, sabiendo que todo el amor que damos lo recibimos ya en esta vida, el “ciento por uno”, aunque con creces en la eterna. Mirando nuestra vida hasta este tiempo: ¿hicimos o no hicimos las obras concretas y efectivas en favor de quien necesita lo más básico en su existencia? Es a Jesús mismo a quien servimos en los hermanos y hermanas más desamparados. En ellos, él está esperando el amor hecho obras. Entrenarnos para amar aquí y ahora es a lo que nos invita la Cuaresma de manera más intensa, porque su final, la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor, es la máxima lección de amor que Él nos ha dejado.

Fuente : https://boosco.org/www/2018/02/18/mateo-25-31-46-lo-hicieron-con-el-mas-pequeno-de-mis-hermanos-lo-hicieron-conmigo/